El Concierto Económico es una norma pactada que regula ciertas relaciones entre el Estado y los Territorios Históricos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Además es el sistema de financiación propio del País Vasco con el que se establecen y regulan las relaciones financieras y tributarias entre aquél y el Estado español. El Convenio Económico de Navarra tiene similitudes con este.¿Cuál es su origen?El Concierto Económico surgió tras la abolición foral, después de la finalización de la última Guerra Carlista a finales del siglo XIX, como un sistema de contribución de las provincias vascas a las finanzas del Reino de España, con el que se reconocía a las Diputaciones Forales la facultad de recaudar sus propios impuestos a fin de hacer frente a los gastos propios y a los comunes del Estado.No se puede entender el Concierto Económico sin esta mención a los Fueros. Estos recopilaban los usos y costumbres de los diferentes territorios alcanzando el rango de ley en el periodo bajo medieval. Así los territorios de la comunidad autónoma de Euskadi se regían por varios corpus legislativos: Fuero Viejo de Bizkaia de 1492 [reformado en 1526, momento en el que pasó a denominarse Fuero Nuevo]; Fueros de Ayala y de la Merindad de Durango; Recopilación de Tolosa (1583), Cartas y Provisiones Regias en la provincia de Gipuzkoa y en los cuadernos de Hermandad de la de Álava. También hay que resaltar que en reinos de la península también se realizaban recopilaciones legislativas similares. Las de Aragón (1247) y Navarra (1238) son un ejemplo.Al finalizar la etapa medieval, con el reinado de los Reyes Católicos, los fueros y leyes de los distintos territorios que componían la monarquía hispánica fueron respetados ya que la política de los Habsburgo estuvo descentralizada en una suerte de “monarquía federal” donde los diferentes reinos compartían al rey, pero mantenían su propia legislación.Con la muerte sin descendencia de Carlos II se inició la guerra de sucesión que enfrentó a dos conceptos de política territorial muy diferentes: los Habsburgo que mantenían una organización territorial descentralizada, y el centralismo borbónico. En dicha guerra, los territorios que componían la Corona de Aragón (que se corresponde actualmente con las comunidades autónomas de Aragón, Islas Baleares, Cataluña y Valencia), se posicionaron con el pretendiente de la Casa Habsburgo mientras que los vascos apoyaron al de la Casa de Borbón. El vencedor de la Guerra de Sucesión Española, Felipe V, aprobó los llamados Decretos de Nueva Planta (1707-1716), por los cuales quedaron abolidas los Fueros e instituciones propias de los territorios integrantes de la Corona de Aragón. Sin embargo, esto no ocurrió con Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra, al mantenerse fieles a la Casa de Borbón durante la contienda.En el siglo XIX, las reformas liberales tienden a uniformizar legal y fiscalmente todos los territorios en una concepción territorial del Estado centralizada. Las guerras carlistas enfrentaron liberales y absolutistas, defensores de la monarquía tradicional y el foralismo. Tras la primera, los fueros quedaron en suspenso en espera de ser revisados o modificados. Su abolición definitiva se produciría en 1876, tras la tercera Guerra Carlista.Pero, ¿por qué tras perder una guerra, se le concede el Concierto?En su origen (1878), el Concierto Económico fue concebido como provisional. Este primer Concierto se prorrogó hasta 1887, ya que las Diputaciones seguían desarrollando trabajos (recaudación, entre otros) que el Estado aún no realizaba en estos territorios, ya que las instituciones y leyes habían sido gestionadas por las propias Diputaciones. Y con el tiempo, esta situación temporal se fue convirtiendo en la norma. En 1887 nació el segundo Concierto Económico, hasta el noveno de la actualidad, vigente desde 2002 e indefinido.Sólo ha habido un periodo en el que a Bizkaia y Gipuzkoa se les suprimió el Concierto Económico, mientras en Araba se mantenía vigente. Es entre 1936 y 1981, debido a que el gobierno franquista declaró a ambas provincias traidoras[1], al posicionarse en el lado de la República. Lo recuperarían en el periodo democrático.¿Cómo funciona?Cada provincia tiene su propia autonomía fiscal: establece, dentro de unos límites bien marcados, el sistema impositivo y además, tiene su propia Agencia Tributaria. Estaríamos hablando de la Agencia Tributaria de Araba, de la de Bizkaia y de la de Gipuzkoa, con marcos tributarios independientes. Esto es, no existe una Hacienda Vasca como tal, sino tres agencias, que cada una está enmarcada dentro del organigrama de la Diputación Foral correspondiente.Anualmente los tres territorios históricos pagan una cantidad negociada al Estado para el sostenimiento de los servicios que este desarrolla en cualquier lugar, por no haber sido transferidos, por ser competencias no asumidas por la Comunidad Autónoma del País Vasco. A esta cantidad se le llama cupo.La metodología para el cálculo del cupo se pacta cada 5 años. No se paga según lo recaudado por las Haciendas Forales, sino que es, en la actualidad, se abona anualmente el 6,24% del gasto estatal en cuatro tipos de competencias:
Ese 6,24% se calcula en referencia al presupuesto estatal. Las instituciones encargadas de las competencias de mantener, establecer y regular el régimen tributario son las Juntas Generales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, que son las que gestionan los impuestos.¿Qué impuestos gestionan las Haciendas Forales?Actualmente son 23 los impuestos gestionados; 11 de normativa autónoma y 12 con las mismas normas que en el resto del Estado.
¿Qué relación tiene con la financiación de la Comunidad Autónoma, Diputaciones Forales y Ayuntamientos?Directa. Al ser el cupo un porcentaje fijo del presupuesto estatal, para financiarse necesitan recaudar por encima del cupo para poder funcionar. Si la recaudación impositiva baja o no crece, la capacidad de gasto de las instituciones vascas disminuirá, y al contrario, si crece, esa capacidad aumentará.Con lo que ha sobrado de la recaudación tras pagar el cupo, con ese remanente se financian los Presupuestos de la Comunidad Autónoma del País Vasco, los de los tres Territorios Históricos (Araba, Bizkaia y Gipuzkoa) y los de los 252 municipios vascos. Esto es, todas las instituciones vascas son financiadas a través de los ingresos logrados con el Concierto Económico.Para saber más:
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Autor:Endika Alabort Amundarain[1] Decreto-ley 247, BOE del 23 de junio de 1937.