"Sin conocimiento ni experiencia en el sector, los mayores atractivos del fundador de Planeta eran su habilidad para moverse en el peculiar contexto institucional del franquismo y su olfato para detectar oportunidades de negocio.
Los años ochenta fueron un punto de inflexión en la compañía. La empresa familiar se modernizó e inició una etapa de crecimiento exponencial, alimentada por fusiones y adquisiciones de otras empresas editoriales nacionales y extranjeras".