¿Sabías que el movimiento obrero no nació de la “oscura fábrica satánica”?Una tesis explicativa clásica de los orígenes del movimiento obrero establece que la aparición de dicho movimiento fue una consecuencia o una reacción al empeoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores de la mano de la industrialización y de la subsiguiente proletarización. Desde esta perspectiva, el movimiento obrero sería el resultado de la aparición de la clase obrera proletaria en la estructura social y económica del mundo capitalista. La “oscura fábrica satánica” habría producido al trabajador que acabaría luchando por la destrucción del régimen capitalista.El problema de esta explicación es que la clase obrera que participó en el movimiento obrero que se constata en los países europeos durante el siglo XIX no se ajusta exactamente a este perfil. Indudablemente, hubo en él grupos de trabajadores industriales, especialmente del sector textil. Pero podría discutirse si el perfil de estos grupos corresponde al del trabajador “proletarizado” o “en vías de proletarización”. Por ejemplo, en el caso español muchos de ellos trabajaban en fábricas de tamaño pequeño o mediano (entre veinte y cuarenta trabajadores). Muchos de ellos, en España y en otros países, no cesaron de defender su especialización y su control del proceso laboral, algo que choca con los intereses habitualmente atribuidos a los “obreros proletarios”. Asimismo, en el movimiento obrero había grupos de trabajadores de otros sectores en los que la industrialización había tenido un impacto menor y más suave, como los de muchos oficios urbanos. De hecho, buena parte de los principales líderes y organizaciones del movimiento obrero europeo del siglo XIX pertenecían a oficios artesanos o especializados.Ello ha llevado a historiadores del movimiento obrero, comenzando por Edward P. Thompson, a preguntarse si lo realmente importante no fue tanto cómo los cambios económicos traídos por la industrialización “moldearon” las mentes obreras, sino más bien de qué manera los trabajadores interpretaron y dotaron de sentido estos cambios de acuerdo a la manera en que concebían el mundo y las relaciones laborales. Estos historiadores han formulado la explicación de que el movimiento obrero no fue el (mero) resultado de los cambios económicos, sino de la manera en que las concepciones del mundo de los trabajadores los llevaron a estos a reaccionar de las maneras en que lo hicieron.Para saber más:
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Autores: Jesús de Felipe Redondo y Misael Arturo López Zapico (Universidad Autónoma de Madrid)